—¿Cuál te gusta más? —le preguntó Leland. —Puedo mudarme aquí contigo si ya te sientes cómoda aquí.
Sophie frunció el ceño y revisó su entorno de nuevo. Esta cámara era realmente espaciosa y tenía todo lo que necesitaban, pero no había visto la cámara de Leland por lo que realmente no sabía si su lugar era mejor para ellos que el suyo.
—No he visto tu cámara —dijo ella sinceramente—. Tú has visto ambas. Entonces, ¿cuál crees que es mejor para nosotros?
—La tuya es perfecta ya que no tienes que mudarte y reunir tus cosas de nuevo —respondió él.
Su cámara era grande pero era fría y aburrida. Solo la usaba para dormir y no le importaba la decoración. Sin embargo, era diferente para la de Sophie.
Él específicamente instruyó a su gente para preparar su cámara para que fuera digna de una princesa. Sufriría si tuviera que mudarse a su lugar y dejar toda esta comodidad y hermoso espacio.