Lana observaba a Liam, que estaba sentado allí, muy tranquilamente y no presentó ni una sola objeción a ninguna de sus afirmaciones. En ese mismo momento, ella pudo sentir que Liam estaba fingiendo estupidez intencionalmente y deliberadamente no encontraba motivos para objetar, ¡facilitando su victoria en la corte!
Lana, sorprendida y al mismo tiempo complacida con su pensamiento, continuó con sus acusaciones contra Yun y comenzó a revelar los incidentes de sus acusaciones.
Después de su discurso, Lana miró a Liam con las cejas levantadas y replicó —Te toca, mi capaz amigo, si quieres hacer alguna pregunta sobre esta evidencia, por favor, adelante—, dándole a Liam la oportunidad de defender a su cliente, pero Liam se levantó y solo dijo —No hay preguntas, ¡Su Señoría!.
Este acto le causó una gran sorpresa a Lana, pero entonces ella de alguna manera ya captó la situación... Su esposo parecía dejarla ganar este caso.