Jorge continuó aflojando su toalla y Miley entró en pánico al ver sus acciones implacables.
—¿En serio? —Miley ladró y abrió los ojos en shock. Jorge levantó las cejas y espetó:
—¡Totalmente en serio!
Jorge quitó completamente el nudo, sosteniendo los extremos de la toalla con sus manos, listo para abrirla como una cortina en cualquier momento.
Miley cerró los ojos y se volvió rápidamente para evitar sus acciones provocativas.
—Vete... vístete primero! ¡Solo vine aquí para hablar contigo de algo, no para ver tu espectáculo de striptease! ¡Pervertido! —exclamó con la nariz encendida. Sus ojos no estaban preparados para ver ese músculo tan desarrollado y duro al que Jorge se refería.
Escuchó a Jorge reír con su voz tentadora y la cara de Miley se tornó roja de vergüenza mientras fruncía los labios con molestia.
—¿Ya terminaste? —Miley resopló después de un rato cuando se detuvo el sonido del roce de la ropa.