Habían pasado días desde que llegó el invierno. Todos estaban ocupados cambiando todo para hacer cada habitación cálida y soportable. Gracias a la princesa heredera, las criadas en el Palacio Zafiro tenían suficiente ropa cálida y mantas adicionales para mantenerse calientes incluso por la noche.
Aries también se había recuperado bien de aquel incidente con Inez con suficiente descanso antes de volver a sus deberes de princesa heredera. Joaquín la visitaba frecuentemente todos los días, pero no se quedaba durante la noche con sus preparativos para terminar con el Grupo Valiente.
La tensión en el imperio continuaba aumentando, pero nadie parecía haberlo abordado públicamente. Algunos ni siquiera notaban que pronto se derramaría sangre al entrar en el invierno más oscuro y más cálido del imperio.
—Algo no está bien... —Aries entrecerró los ojos, escuchando el constante golpeteo de sus dedos contra el reposabrazos—. ¿Por qué me siento tan inquieta?