—Bienvenida de nuevo —Tiana sonrió mientras ayudaba a Diana a desempacar sus cosas en la habitación.
—Aún me pregunto por qué decidiste irte. Sabes que te necesitaba cerca.
—Ya estoy de vuelta, está bien, no te enojes más.
Gwen sonrió radiante.
—No deberías haber partido en primer lugar, sabes que no puedo estar sin ti.
Tiana puso cara de disgusto y Gwen se rió.
—¿En serio? Tal vez deberías estar en una cama de hospital ahora mismo y no luciendo tan saludable y robusta.
Se rieron.
—Solo no te vayas así la próxima vez.
—No lo haré, lo prometo.
—Está bien, dejaré que te refresques, sal luego para cenar.
—Vale.
Gwen regresó a su bolsa después de que Tiana salió de la habitación.
Caminó hacia el tocador y colocó sus lociones, pero justo cuando estaba a punto de darse la vuelta, su teléfono sonó en la cama.
Gwen caminó hacia él y sintió escalofríos en la piel al ver de quién era el mensaje.