—Cuando Gu Yuyao regresó al Jardín de Durazno en Flor esa noche, soltó un suspiro que no sabía que estaba aguantando, en cuanto se aseguró de que He Lianchen ya se había ido —esperanzadamente, el hombre dejaría de aparecer aquí, en el lugar de Moyu, hasta que ella pudiera mudarse a su propio lugar.
—No quería tener una confrontación con él ni recordar lo que habían perdido a causa de su cobardía. Tal y como He Lianchen había dicho antes, ella era una cobarde por huir al primer signo de problemas.
—No es que pudiera culparlo, pero Gu Yuyao realmente quería deshacerse de su identidad como heredera de la familia Gu. Al igual que Moyu, ella tenía una familia, pero no era mejor que una huérfana.
—Hace varios años, su hermano mayor, el legítimo heredero de la familia Gu, murió en un accidente de coche en el que ambos viajaban. Desde entonces, sus padres parecían haberse olvidado de su existencia y la culpaban por la muerte de su hermano.