Qiao An estaba ligeramente sorprendida. Si este tipo no bebía, ¿cómo sabía que beber con el estómago vacío era perjudicial para su salud?
Qiao An se comió unos cuantos bollos dulces seguidos y empezó a jugar a piedra, papel o tijera con Huo Xiaoran.
La velocidad de reacción de Huo Xiaoran era destacable. Siempre podría reaccionar inmediatamente después de que Qiao An golpeara. En la primera ronda, Qiao An perdió.
—An'an, ¿cómo pasaste los últimos tres años? —le preguntó Huo Xiaoran.
Qiao An inclinó la cabeza y respondió evasivamente:
—Tuve un accidente automovilístico. Estuve en el hospital la mayor parte de un año.
Ella lo miró directamente a Huo Xiaoran, queriendo ver vergüenza en sus ojos. Sin embargo, no había vergüenza, solo preocupación y pena sin fin.
—¿Dónde te hiciste daño? —preguntó Huo Xiaoran nerviosamente.
Qiao An le recordó:
—Esa es la segunda pregunta.
Huo Xiaoran estaba muy indefenso.
Él volvió a jugar a piedra, papel o tijera con ella.