La cara de Gu Weiwei se volvió ligeramente roja y sus brillantes ojos se tornaron aturdidos por su afecto.
El suave beso del hombre, así como la suavidad que él traía a su piel, la hicieron obsesionarse.
—Ah... —Ella jadeó al surgir la dolorosa presión.
Aunque no era la primera vez para ella, su tamaño seguía siendo un poco demasiado grande para ella, a pesar del suficiente pre*liminares.
Mientras gotas de sudor caían sobre él, Fu Hanzheng respiraba mientras se movía dentro de ella y la consolaba y acariciaba mientras la miraba a los ojos.
Una vez conquistado el primer paso, el profundo sonido de la respiración agitada y los gemidos amorosos resonaban en el silencioso dormitorio.
Debido a Fu Hanzheng, Gu Weiwei inevitablemente se levantó tarde.
Jolin llegó al hotel en el vuelo matutino y después de echar una siesta de un par de horas, la esperó abajo en el vestíbulo.
Pero había pasado una hora y aún ella no aparecía por ningún lado.