Después de un rato, Fu Hanzheng salió a buscarla porque aún no había regresado a la habitación.
Finalmente la encontró observando los peces saltarinos en el estanque, fuera del restaurante.
—¿Qué haces aquí? —preguntó.
Gu Weiwei se contuvo de lucir triste y le mostró una sonrisa radiante.
—Los peces son bonitos, así que me quedé aquí mirándolos.
Fu Hanzheng echó un vistazo y dijo:
—Esta tarde te compraré algunos después de la reunión.
Fu Shiqin se quejó, después de pagar la cuenta y unírseles:
—¿Podemos dejar de hacer cosas estúpidas y costosas?
Antes, su hermano no hacía otra cosa que ganar dinero, pero ahora, no hacía más que gastar dinero en Mu Weiwei.
Le compró un jardín entero después de que ella hablara de que le gustaban las glicinas chinas.
Le compró una marca entera cuando comentó lo cómodos que eran los zapatos.