Marcus observaba atónito a Nan Yan, su mente en blanco.
Nan Yan, impaciente, le dio un toque en la frente y dijo con tono agitado:
—Te estoy preguntando algo, ¿estás siendo tonto?
Marcus exclamó distraídamente:
—¿Alice?
¿Estaba volviéndose loco?
¿Cómo podía creer que la chica frente a él podría ser Alice?
¡Aunque Alice no hubiera muerto, no podría haberse convertido en una chica de solo dieciocho o diecinueve años!
—Sí —respondió Nan Yan con tono tenue, algo impaciente.
No había planeado revelar su identidad tan pronto.
Al menos, quería tener la capacidad y las circunstancias adecuadas para reconectar con ese círculo antes de reconocer su verdadera identidad.
Pero no había anticipado que Marcus haría un movimiento tan imprudente.
Si no se hubiera encontrado con él por casualidad y notado su comportamiento anormal, podría haber sido demasiado tarde si intentara encontrarlo más tarde.
Nan Yan no sabía cuánto impacto habían causado sus palabras en Marcus.