"Ya veo. Pensé que te casabas con ella por amor, como te casaste con mi madre. No pensé que te casarías sin amor", respondí con sinceridad.
"Natalia. Escucha con atención..." dijo Lucien en voz baja mientras se acercaba a mí para ponerme las dos manos sobre los hombros.
"¿Sí?" Le contesté.
"Nunca me he casado con nadie por amor", afirmó Lucien con indiferencia.
"¿Qué quieres decir... con eso?" pregunté, confusa. ¿Qué pasa con mi madre?
"No me casaré con Angela por amor, y tampoco me casé con tu madre porque la amara", afirmó Lucien, más claro esta vez para asegurarse de que lo entendía.
"No puede ser... ¡¿nunca quisiste a mi madre?!" Jadeé de asombro. ¿La había engañado? ¿Por qué?
"Nunca la quise. La respetaba mucho y la sigo respetando, pero nunca tuve sentimientos románticos hacia ella", respondió Lucien con sinceridad.
"No... ¿por qué la engañaste? Estaba tan enamorada de ti". Grité mientras luchaba por apartar su mano de mis hombros.