Un lamento bajo y lastimero me saca de un sueño profundo.
A mi lado, la forma masiva de Aurum se retuerce y contorsiona, con gemidos suaves escapando de su hocico.
—Selene, ¿qué está pasando?
—Creo que Lucas se está despertando —la voz de Selene hace eco en mi mente. Ella está acurrucada protectoramente alrededor de Aurum, su cabeza plateada reposando sobre la dorada de él.
Contengo la respiración mientras la esperanza surge en mi pecho. Ha tomado mucho más tiempo de lo que esperaba.
Aurum suelta otro lamento lastimoso, sus patas arañando las sábanas. Extiendo un brazo instintivamente, queriendo consolarlo, pero Selene levanta la cabeza de golpe.
—Enemigos.
—¿A qué te refieres? —mi pregunta es más aguda de lo previsto.
—Intrusos. Vístete. Ahora. Kellan está en camino.
Salto de la cama, aunque no entiendo.
Luego, un extraño zumbido vibrante resuena dentro de mi cabeza.
Una vez.
Dos veces.
Tres veces.