```
Marcus desvió la mirada hacia la esquina, contemplando a Fil mientras ella miraba fijamente el par de pendientes de diamantes con un zafiro morado incrustado. No había dicho nada durante todo un minuto y solo los miraba fijamente.
—Deberías probártelos —sugirió—. Son hermosos.
Fil no apartó los ojos de ellos, sonriendo. —¿Debería?
Marcus solo sonrió sutilmente mientras miraba al personal a través del mostrador transparente. —Permítanle que se los pruebe.
—Por supuesto —El empleado sonrió cálidamente, sacando el par más caro y raro de su tienda. Colocó la caja de exhibición sobre el mostrador, explicándoles la rareza del pendiente y cómo fue elaborado por el mejor joyero del mundo.
—También es como el color de tus ojos, señorita —agregó el empleado con una sonrisa amable—. Estoy seguro de que este par te quedará como a nadie más.