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Wan Hongtian miró a la multitud y comenzó a hablar lentamente:
—¡Todos, no hay necesidad de entrar en pánico. No he venido aquí hoy por ninguna otra razón que buscar tratamiento para mi hijo!
Unos hombres suyos llevaron una camilla al frente de la multitud, y fue entonces cuando la gente vio que la figura en la camilla estaba completamente envuelta en vendas, pareciendo una momia, una vista demasiado espantosa para soportar.
Alguien en la multitud no pudo soportarlo más y gritó:
—¡Si quieres ver a un doctor, ve al hospital! ¿Qué haces aquí?
—Exactamente, estamos aquí para participar en una reunión de intercambio médico, ¡no para tratar pacientes!
—¡Así es, llévate a tus hombres de aquí, o llamaremos a la policía!
Varios expertos médicos se quejaron en voz alta.
Estas personas no eran de Qiantang y no reconocían a Wan Hongtian, por lo que no lo tomaban en serio en absoluto.
No obstante, sus comentarios inmediatamente les acarrearon problemas.