[Ey, pon más iluminación, este lugar es demasiado lúgubre]
[Si]
[MALDITA SEA, YA ESTOY HARTO DE ESTA MIERDA]
El retumbar estridente de los platos y vasos metálicos, cayendo en el maltratado piso de madera, hace eco en el bar de mala muerte cuando un borracho pierde los estribos.
[MIERDA, MIERDA, MALDITO ARCHIDUQUE, MALDITOS ILLUSIUS, MALDITA SEA.]
Las maldiciones continuaron como un torrente aparente mente inacabable, pero ni una sola alma se animó a detener al borracho.
Ya fuese porque compartían su frustración o simplemente, porque era una ocurrencia común.
Los hombres dentro del bar mal iluminado, oculto a la vista del público, dentro de la oscura cueva en lo profundo del bosque olvidado por las diosas.
Solo miran a su compañero caer en la desesperación de la locura como si fuese un entretenimiento casual.
[¿DE QUÉ SE RÍEN MALDITOS? ¿ACASO NO ESTÁN ARTOS TAMBIÉN?]
Las maldiciones rápidamente se dirigieron a sus compañeros, pero ninguno se sintió ofendido.
[¿Qué pasa si no nos gusta? ¿puedes hacer algo?]
[Solo ayer te reías del último que colapso ¿Por qué no nos reuniríamos de ti?]
La sombría atmosfera casi parecía animarse entre las burlas irónicas de los hombres con mal aspecto.
[Pues pon aún más]
[Si, si]
Acosados incesantemente por nuestro enemigo hasta ser acorralados como ratas en la espera de su inevitable destino, cualquier otra ofensa parece intrascendente y carente de sentido.
[Bueno… tal vez valla a enfrentarlo…]
[Feliz muerte]
[[[[HAHAHAHA]]]]
Risas añejas estallan debido a la ridícula declaración que solo se vuelve más ridícula mientras más la repites en tu mente.
Enfrentar al ejercito illusius de todas las posibilidades es una ocurrencia tan insensata que incluso estos hombres idiotas en un estado de intoxicación por el alcohol, solo pueden descartarla como fantasiosa.
En primer lugar ¿Estaríamos en esta deplorable situación sino fuese así?
[Ha, cobardes ¿Dónde está su honor como bandidos?]
[¿Honor de bandidos?]
[Miren a este loco.]
[Lo más honorable que has hecho, es no irte sin pagar luego de cumplir tus negocios con las mujerzuelas.]
[Y eso, porque tienes que pagar antes de entrar]
[[[[AHAHAHA]]]]
La lúgubre atmosfera lentamente comienza a mermar mientras las conversaciones lentamente se desvían a los temas de cama.
Sexo, dinero y alcohol, indiscutiblemente temas que pueden iniciar guerras, pero al mismo tiempo, pueden terminarlas.
[AHHHHH, NO HE TOCADO UNA MUJER EM MECES MALDICIOOOONNNN]
[¿No te gustaba la salchicha?]
[¿Quién dijo eso? Muéstrate.]
Incluso en lo profundo de la oscura cueva escasamente iluminada por velas y unas pocas piedras mágicas.
Rodeados del hediondo olor que emanan hombres sudorosos mesclados con alcohol y desechos.
Los humanos somos criaturas que pueden apartar los pesares y entregarse al jubilo de las cosas más insignificantes, incluso en tal situación desesperada.
[Hum, bien, sigan riendo… Yo iré por una mujer.]
[He, pones un pie en la ciudad y estas muerto.]
[Tsk ¿Quién dijo que iría a la ciudad? ¿No hay una linda niñas en una mansión a las afueras?]
[Otro que va a morir.]
Suspiros cansados resuenan apagando la fugas alegría mientras miramos al hombre.
[¿Quién va a morir?]
[Es obvio que tu]
[¿Cuántos ya han muerto luego de ir a por esa niña?]
Incluso con unas pocas palabras, ya todos sabemos de quien habla ese hombre.
De alguna manera se convirtió en una ocurrencia común.
Al comienzo parecía un mal chiste, pero ahora nadie puede reírse de eso.
[Tsk, no soy como esos idiotas]
[Los otros 9 dijeron exactamente lo mismo]
[Al menos abra menos bocas para alimentar… luz, luz, luz, no veo un coño]
[Ya puse muchas ¿Te estas quedando ciego o qué?]
[¿Tu vez?]
[… Pondré mas, mierda…]
9 hombres ya se han ido con exactamente la misma idea y las mismas palabras.
Excluyendo al primero, todos creyeron ser más listos que los anteriores, pero ninguno de ellos volvió.
[Gluck… Bien, entonces ¿Por qué no vamos todos?]
[[[[…]]]]
Por la idea que sonaba incluso más absurda que la anterior, todos comenzamos a verlo con lastima.
[No, escúchenme, solo fracasaron porque fueron solos ¿no?]
[El archiduque está en esa casa ¿Eres idiota?]
[Ha ¿Siempre está en esa casa? Pronto tendrá que salir un par de días para cumplir con la logística de su ejército.]
El silencio se volvió pesado por las palabras que, de alguna manera, ya no se escuchaban tan descabelladas.
8 sirvientas Elfas y la archiduquesa, contra 100 hombres, además, la archiduquesa no es famosa por su fuerza de combate…
[No podemos enfrentar al archiduque, pero ¿Qué con eso? Siempre hay otras maneras para vengarse de un hombre.]
De la boca con dientes caídos salieron palabras elocuentes que endulzaron la agobiante frustración con un ligero consuelo.
El frustrante agobio e incertidumbre, se convirtió en una pregunta que eventualmente abrió paso a una posibilidad.
[¿No es normal que la hija pague por los descaros de su padre?]
[[[[…]]]]
Casi como si el diablo susurrara en tu oído, alimento con su aliento hediondo a alcohol, el más primitivo deseo.
[Eso… No sea tan descabellado…]
[[[[…]]]]
Hasta que finalmente, la tentación empuja tu espalda y el impulso resultante genera una ola que no puede ser detenida.
[Hagamos ¿Por qué tenemos que pasar por este infierno?]
[… Es cierto, solo tratamos de ganarnos la vida ¿Tienes que ser tan inhumano?]
Lentamente comenzaron a poner escusas para alimentar sus acciones.
Sus mentes maltratadas alteran conscientemente la realidad y los obligan a buscar un escape del infierno que ellos trajeron sobre sí mismos.
[Hagámoslo]
[Si, hagámoslo.]
[El jefe definitivamente estará de acuerdo.]
[¿Qué le aremos a la niña?]
[Ha, es más fácil preguntarse qué no le aremos]
[[[[[AHAHAHAH]]]]
Las fantasías viciosas no tardaron en aparecer a medida que los barriles de alcohol disminuían visiblemente.
Como si su auto convencimiento no hubiese funcionado, los borrachos se atiborraron de alcohol más rápido que nunca, en un intento vano por apagar el último vestigio de alerta que gritaba su debilitada razón.
[Ey ¿Cuántas veces voy a repetir que pongas más maldita luz?.]
Aunque en circunstancias normales no encontrarías motivos para celebrar un hecho que ni siquiera había ocurrido, ese hecho, poco hizo para mermar el impulso irracional.
[¿De verdad te quedaste ciego? Ya puse en cada maldito rincón, no hay espacio para más antorchas o piedras mágicas.]
Fue una respuesta casual y despectiva, pero resonó con una extraña fuerza en el agitado bar.
[¿Ahhh? ¿Cómo van a estar al máximo? Ya ni siquiera puedo ver la salida del bar…]
Una declaración razonable, tan razonable que lento pero seguro, los hombres comenzaron a calmar su ímpetu en un intento por confirmar su veracidad.
[¿Yo que voy a saber? Mira a tu alrededor imbécil, todo está al máximo…]
[[[[[…]]]]]
Antes de darse cuenta, los dos hombres que comentaban tan casualmente un problema tan evidente, se convirtieron en el centro de atención y el bullicio que comenzaba a tomar impulso se apagó en un parpadeo.
Miramos de derecha a izquierda, de arriba, abajo.
Al haber vivido aquí por tantos años, inevitablemente nos acostumbramos a los detalles más inútiles e imperceptibles.
Cosas como saber el alcance de la visibilidad según la cantidad de fuentes de luz, se volvió un conocimiento común.
[La luz… ¿No está muy débil?]
Como si fuese el hechizo de un mago, con tales palabras haciendo eco en el destartalado bar, la ya escasa luz comenzó a retroceder visiblemente.
[MIERDA]
En un instante, todos en el bar recuperaron la sobriedad.
[Al centro]
[¿Qué demonio?]
[¿Un mago?]
Las decenas de hombres se aglomeraron en el centro del bar mientras sacaban sus armas con alerta.
[Mierda, esto es ridículo.]
Maldijo alguien que tomo una antorcha y trato de acercarla hacia la densa oscuridad que impedía el paso de la luz.
Solo para descubrir que su brillo era instantáneamente consumido por la nada misma.
[MUESTRATE]
El miedo rápidamente se transformó en ira cuando el inexplicable fenómeno fue interpretado como un ataque enemigo.
Alguno hechizos volaron hacia la sombra que lentamente consumía la luz de los alrededores, como si estuviese reclamando la tierra que le pertenece por justo derecho.
Pero nada tuvo efecto, dagas, fuego, estacas.
Cualquier cosa que se lanzaba a la acalambraste oscuridad, no dejaría rastro alguno detrás, ni siquiera el ruido de colisionar con absolutamente nada.
[Mierda, no te creas mucho.]
Uno de los hombres estallo en cólera mientras reunía el mana en su propio cuerpo.
[Si salimos de aquí, tu jueguito está acabado.]
Dijo y salto con un poderoso impulso en dirección hacia donde debería estar la puerta.
[[[[[…]]]]]
Un segundo, 10 segundos, un minuto.
Por más que esperamos, no recibimos noticias del hombre que se aventuró a la densa oscuridad ni tan siquiera el sonido de pasos, o la puerta rompiéndose por la carga.
Entonces…
[[[[[…]]]]]
Un sofocante terror se apodero del entorno cuando de la oscuridad emergió el cuerpo sin vida.
Decir que era el hombre que se adentró en las sombras hace poco seria adivinar.
Porque el cadáver era simplemente irreconocible, con cada extremidad de su cuerpo destrozada y girada, en innumerables direcciones simplemente imposibles de conseguir.
Su cara había sido miserablemente aplastada hasta convertirse en un bulto indescriptible de carne.
Los huesos de su cuerpo sobresalían de la carne con tanta frecuencia, que no podía evitar preguntarte si era una raza diferente con esa característica peculiar.
[HIIICK]
[¿QUE MIERDA?]
[MALDITO BASTARDO, MUESTRATE]
[MALDICION, COBARDE IMBECIL]
Finalmente, los gritos aterrados resonaron a medida que los hombres se esforzaban más por mantenerse alejados de la oscuridad.
[Hick]
Como si sintiese un macabro placer por la situación, siniestros ruidos comenzaron a llegar de todas direcciones.
[ALEJATE, MIERDA, TE DIGO QUE LE ALEJES.]
Sonidos como de garras rasgando la desgastada madera y gruñidos de alguna criatura indescriptible, comenzaron a rondar a nuestro alrededor, como si esperasen impacientes su oportunidad.
[MIERDA, VETE, VETE, VETE.]
Desesperados, los hombres lanzaron hechizos con todas sus fuerzas a la nada y rápidamente se quedaron sin mana.
[Oye, retrocede]
[Imbécil ¿A dónde? Ya no hay más espacio.]
[Entonces hazte a un lado]
[¿Qué? vete tu]
[Maldito]
[Lárgate.]
Pronto las sombras se apoderaron del entorno y la escasa luz se hizo incapaz de albergar a todos.
[GYAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA]
Y finalmente, uno de los nuestros que estaba demasiado cerca del borde, fue arrastrado por la oscuridad.
[HIIICKKK, NO QUIERO MORIR.]
[EY, LARGATE]
[PUDRETE]
Como ratas atrapadas en un agujero sin comida, los bandidos comenzaron a matarse entre ellos, en un intento por alejarse lo más posible del borde.
[IMBECIL CUIDADO CON LA ANTORCHA]
[CALLATE Y ENTREGAMELA.]
[DAME LA PIEDRA MAGICA]
[USTEDES BASTARDOS.]
Finalmente, ya bañados en la sangre de lo que una vez fueron sus compañeros, comenzaron a matarse con la esperanza de aferrarse a las únicas fuentes de luz.
Como resultado, uno por uno, las fuentes de luz se destruyeron por accidente en medio de las confrontaciones.
[Tu… bastardo, entréganos eso y no te aremos nada.]
Antes de que nadie se diera cuenta, un grupo con más de 50 hombres había sido mermado, hasta quedar solo 6 y 5 de ellos, ahora me miran, aquel que tiene la última fuente de luz intacta, con ojos inyectados en sangre.
Aunque formaron un pequeño grupo para sobrevivir al alboroto, al final, no son diferentes de los demás cadáveres.
Incluso si me quitan la fuente de luz, inmediatamente se voltearán los unos contra los otros.
Pero al menos en este momento, están concentrados por un objetivo común.
Tan concentrados, que ni siquiera notaron, que las sombras dejaron de avanzar desde el inicio de las confrontaciones.
[Ey ¿Me estas escuchando bastardo?]
Para el ansioso grupo, envió una sonrisa tranquila.
[Déjenme hacerles una pregunta.]
[[[[HICKKK]]]]
No sé porque, pero repentinamente, los hombres temblaron de miedo y retrocedieron varios pasos.
Aun así, no tengo tanto tiempo libre, hay una reunión importante esta noche.
Muy a mi pesar, es necesario terminar esto rápidamente.
Por eso, lentamente envuelvo la piedra de mana que sostengo en mi mano antes de preguntar.
[¿Le temes a la oscuridad?]
[[[[[[...]]]]]]
El sofocante silencio reinó en la habitación, escasamente ilumina por las velas sobre la mesa desgastada mesa.
Los gritos desesperados de nuestros miembros se ahogaron casi tan pronto como iniciaron, dejando atrás nada más que una sensación de desasosiego por la incertidumbre.
¿De cuál oscuro averno pudo salir la monstruosa criatura, capas de acallar las voces de 100 hombres en cuestión de segundos, sin dejar atrás el atronador rugir de la batalla o tan siquiera, la acalambraste sensación del desbordante mana?
Por mucho que conocer tal respuesta carezca de sentido frente a la inevitable realidad, los humanos somos criaturas así.
Tan curiosos por todo, incluso nuestra destinada muerte.
[Oye, ve a revisar.]
[¿Por qué no vas tú?]
[Mierda…]
Mis subordinados comenzaron a discutir por quien será enviado como centinela.
Pero la actitud de desganas impropia de la situación deja en manifiesto la verdad que se desea evitar.
Un instinto primitivo se apodera de aquellos, que quedamos atrapados en la habitación escasamente iluminada, con nada más que una puerta desgastada para bloquear nuestro camino.
Nuestras mentes registran la maltrecha entrada como la única oportunidad para salir de la peligrosa situación.
Pero en lo más profundo de nuestras almas, la idea de acercarnos a la sofocante oscuridad, dejando atrás el abrazo acogedor ofrecido por la escasa luz emitida desde las velas sobre la mesa.
Acalambra nuestros cuerpos y les impide llevar acabo el único curso de acción lógica.
[Bien, iré yo, dame la vela.]
[¿Qué? ¿Para qué?]
[¿Cómo voy a ver?]
[Usa magia]
[No se magia de fuego, entonces ve tú.]
[Jodete]
Las peleas incesantes resuenan en la habitación.
Frente a la puerta desde la que anteriormente se discernía la ligera luz del pasillo, ahora convertida en un abismo que pareciera absorber la luz.
Lo aguerridos hombres que han presenciados las atrocidades del campo de batalla, parecen niños temerosos de dejar, el cálido abrazo de sus cobijas.
[Jefe ¿Qué hacemos?]
Finalmente, uno de los hombres me llama pidiendo instrucciones y el resto rápidamente sigue su ejemplo.
Sin embargo, aun sentado en esta incomoda silla de madera, sigo tomando mi trago con calma.
El agrio sabor del frio alcohol se trasmite a través de mi lengua.
Solo la sensación hormigueante desde mi garganta y el ardor familiar en mis intestinos sirven como prueba de que sigo con vida.
Estoy orgulloso de mis instintos, puedo decir sin temor a equivocarme que estoy vivo hoy, solo gracias a ellos.
Y esos instintos me gritan que mi suerte se acabó hoy.
[Ahhh]
Dejo salir un suspiro cansado mientras disfruto de la intoxicaste sensación.
Dicen que tu vida pasa frente a tus ojos cuando el frio aliento de la inclemente muerte te respira en la nuca.
Y al verme obligado a contemplar esa vida de mierda, no puedo evitar sentirme malditamente patético.
Nacido en cuna nobles y bendecido por la diosa del agua, mi Juventud estuvo llena de bendiciones y expectativas.
Al tener un sentido de la responsabilidad por todo lo que había recibido, en la cruenta guerra blandí la espada por mi patria.
Durante mi juventud, incluso sin ningún mérito acuestas más allá de cumplir obligaciones mundanas y estudiar un poco.
Pude disfrutar del honor, la Glorya e incluso el amor de la mujer amada.
Por eso, cuando termino la guerra, ahora con el justo derecho ganado a través de mi sacrificio y el de mis compañeros.
Pensé que podría descansar en el abrazo acogedor de mi patria.
Pero lo único que recibí al regresar, fue el repudio de la diosa por la que había peleado y la traición de la mujer que me había jurado amor eterno bajo la luna llena en nuestra noche de bodas 30 años atrás.
[Y de la nada todo se fue a la mierda…]
En mi murmullo cansado los hombres me miran como si estuviese loco, pero no tengo ganas de prestarles atención.
Aun así, esta vida ingrata es un cómico dramático y ni siquiera a disfrutar de mi vida en tercera persona, tengo derecho.
[¿Qué fue eso?]
Como si tratase de decir que le importaba mierda mis problemas emocionales, un sonido similar al de un bastón chocando contra el duro suelo, resuena desde el exterior.
[Q ¿QUIÉN ANDA ALLÍ?]
La voz desquebrajada de mi subordinado repercute en un intento de sonar intimidante, pero no puede evitar filtrar el miedo en su pronunciación tambaleante.
[MALDITO RESPONDE]
La inquietud se transformó en miedo muy rápidamente a medida que el sonido continuaba a un ritmo constante.
Golpe tras golpe se escuchó con brutal claridad en la silenciosa cueva olvidada por las diosas.
[TE LO ADVIERTO MALDITO]
Cada vez más fuerte, cada golpe más cercano.
Atacados por la cruda realidad, los sudorosos hombres sacaron sus armas y apuntaron a la entrada con manos temblorosas.
[[[Hick]]]
Rápidamente, las maldiciones se convirtieron en gritos apagados cuando la ya escasa luz comenzó a atenuarse, extendiendo sin compasión el inclemente reino de las sombras.
[Q, mier… que mier…]
Las lágrimas comenzaron a correr y otros fluidos mancharon el suelo.
Los hombres miraron la vela aun ardiendo con fuerza sobre la mesa, pero, aunque su fuego no había mermado, la luz siguió alejándose de la puerta como si aquello que se acercara del otro lado, fuese motivo de miedo incluso para el faro de esperanza que a acobijado a la humanidad desde su concepción.
[MUERTRATEEEEEEEEEEEEEEEEE]
Una advertencia que estaba más lejos de la amenaza y más cerca a la súplica, escapa con un grito entrecortado del aterrado hombre, mientras se alejaban de la anormal oscuridad, en busca del cobijo de la luz.
Pero no hubo respuesta, solo el seco resonar de un bastón que delata la existencia del ser, que se acerca con una calma inquietante.
Con cada sonido cada vez más cercano, la luz se alejó más de la destartalada puerta e incluso la llama comenzó a temblar, aunque no había una brisa alrededor que pudiere agitarla.
[[[[[…]]]]]
Finalmente, el resonar se detuvo… Justo frente a la puerta ahora apenas distinguible, acobijada por el manto de una oscuridad anormal.
Un minuto, una hora, un día.
No había manera de saber cuánto tiempo paso.
En el silencio donde incluso las respiraciones habían sido inconscientemente controladas para evitar llamar la atención, el retumbar de los corazones parecían tambores de feria en apogeo.
Y entonces paso…
En un parpadeo, la puerta que se había convertido en una fuente de un miedo primitivo finalmente estallo en pedazos, posiblemente bajo el ataque del ser al otro lado de la puerta.
Una agridulce sensación de asosiego se extendió como la tienta en el papel por tal evento.
Por un lado, la última fuente de protección había sido vulnerada, pero desde otro punto de vista, el que se había convertido en un símbolo de inquietud y miedo, finalmente desapareció.
Dicen que la esperanza es el impulsor que te permite llegar más lejos, pero también puede convertirse en el verdugo que alarga tu tormento.
Curiosamente, sin la supuesta barrera protectora, queramos o no, debemos enfrentarnos a la fría oscuridad… Y eso es un alivio.
No porque tengamos la esperanza de la victoria.
En lugar de eso, el alivio nace de la sensación sofocante, pero a la vez liberadora de que…
Pronto todo acabara.
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