—Nada. Solo la pequeña altercación con Jorge y el pequeño regaño de mi familia —Anna sonrió. Él la miró sin alterar una palabra durante unos segundos. Sabía que le estaba ocultando algo, algo que tendría que descubrir por sí mismo.
Anna ya no está sola, está con su hijo. Él podría perder a las dos personas más importantes de su vida por un estúpido drama familiar o juegos inútiles de la industria.
Él tomó sus manos entre las suyas y comenzó a plantar dulces besos en sus manos. —No escuches nada de lo que dijo Jorge, él no puede hacer nada contra ti, especialmente cuando descubra que eres mi mujer. Mi esposa —Sus interminables besos no cesaron y Anna no intentó detenerlo. Solo sonrió mirándolo.
—Deberías evitar a tu familia por ahora hasta que estés fuerte de nuevo. No le digas a nadie sobre nuestro hijo aún, ni siquiera a Lola, le pediré que reduzca tu horario —añadió en tono serio para verla asentir. Se preguntaba qué diría Janjan cuando finalmente se entere de ello.