Jaime.
A lo largo de mi vida, creía haber experimentado el sufrimiento en diversas ocasiones. No obstante, cuando presencié la muerte de mi hija frente a mis ojos, me di cuenta de que ni siquiera conocía el verdadero significado del dolor. La pérdida de un hijo es un sufrimiento que no deseo que ningún padre experimente jamás.
El intenso dolor de perder a mi hija era un sentimiento que parecía eterno, un vacío en mi pecho que nunca se llenaría. Ella era mi fuente de orgullo y felicidad, mi única hija, mi razón de ser. A pesar de que Becca esperaba un hijo mío, aún no podía comprenderlo del todo. ¿Cómo procesar algo así cuando mi querida Taliana ya no estaba?
—James, lamento profundamente tu pérdida —expresó Greg, el agente federal que había estado colaborando conmigo, mientras se encontraba detrás de las puertas abiertas de la ambulancia.