Beca.
—Becca, por favor, haz esto por mí—, dijo Tally una vez más después de pedirme quince veces que fuera su espía. Quería que espiara a James y le dijera a quién traería a la casa o, mejor aún, que le tomara una maldita foto a la chica.
La chica que en realidad era yo.
—Amigo, no voy a espiar a tu padre por ti. ¿Sabes lo loco que suena eso? ¿A quién le importa si se está acostando con alguien? Es un hombre adulto —respondí, viendo cómo la irritación la cruzaba.
Ella sabía muy bien que yo no era el tipo de persona que se involucraba en un drama como este.
—Por favor, por una vez, haz algo por mí.
El hecho de que ella haya jugado esa carta me cabreó. He hecho mucho por ella y, sin embargo, ella no reconoció nada de ello.
—Bueno. Si seguro. ¿Por qué no?— Suspiré, sabiendo muy bien que no lo haría. Uno porque bueno... no me incriminaría, y dos, estaba enojado con ella por siquiera preguntarme.