Ahora aún más curioso, Yang Chen se preguntaba cuántos años había dormido antes de renacer en el Gran Desierto. Nunca había oído hablar de una técnica tan asombrosa antes, no esperaba que existiera un arte tan extraordinario en el mundo. Uno que pudiera crear una Encarnación Externa, que seguiría siendo una persona independiente incluso cuando no se controlase.
—Cuando esta técnica esté completamente practicada, infundiré toda mi Cultivación de Artes Marciales en su cuerpo, aumentando así enormemente su fuerza. En cuanto a su propósito... ella soy yo, y yo soy ella. —Los ojos cristalinos de Li Ruoxiang miraban fijamente a Yang Chen, la seriedad en ellos era idéntica a la de Qingyin.
Sentimientos de asombro surgieron en el corazón de Yang Chen, así que ese era el caso.
Si era cierto, entonces todos los misterios se resolverían.