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—No les mostraría misericordia a estas bestias demoníacas del Palacio del Sirviente de Bestias —pensó. Estas bestias demoníacas pertenecían al Clan Bestia Demonio, que había cometido innumerables crímenes matando a numerosos humanos en el pasado. Sus pecados eran imperdonables. Aunque habían pasado mil años, muchos de ellos todavía mantenían rencor, así que incluso si fueran liberados, primero tenían que ser esclavizados. De lo contrario, nadie podía garantizar que estas bestias demoníacas no albergarían resentimiento contra el Emperador Tiandu.
—Sin embargo, para sus compañeros bestias demoníacas, como la Tribu de Gente Pescado y el Oso Negro de la Montaña Negra, los trataba como socios, porque sabía que ellos lo consideraban de la misma manera.
—De esta manera —entregó Yang Chen los materiales de cultivo corporal que necesitaba a Yu Ban, quien sabía lo que requería. Yu Ban preparó los materiales y se los entregó a Yang Chen.