Unos quince minutos después, apareció un grupo de policías de tráfico, ocupándose del accidente y preguntando a Ruth Amanecer.
Ruth explicó la situación una vez más.
—Sra. Amanecer, ¿está segura? ¿Estos japoneses solo intentaron secuestrarla? —preguntó un capitán.
—Sí, Koizumi Ichiro planeó secuestrarme y hasta me asaltó, intentando forzarme a grabar películas pornográficas en Japón —la cara de Ruth se oscureció—. Pueden revisar el contenedor volcado; el contenido adentro puede probarlo todo.
—Koizumi Ichiro codicia la fórmula del ungüento medicinal de la Secta Dawn, sus intenciones son siniestras, no debe salirse con la suya fácilmente.
—¡Por favor, que se enfrente al castigo de la ley!
—Esto... —el capitán de la escuadrilla lo encontró difícil, frunciendo el ceño—. Sra. Amanecer, esto implica asuntos diplomáticos, así como preocupaciones internacionales, nuestra relación con Japón ya es algo especial, este asunto... me temo que no podemos manejarlo.
—¿Qué quiere decir?