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—¡Eh! —Un objeto no identificado venía volando hacia Basil Jaak, pero él reaccionó rápidamente, evitando la agresión.
Jaak se giró para mirar hacia la mesita de noche, viendo a Jessica Flack de pie, con los ojos llorosos. Sus grandes y vivaces ojos estaban ahora hinchados, pareciendo nueces rojas, y su boca se abrió de sorpresa.
—¿Qué sucedió? —Jaak preguntó confundido.
Jessica miró fijamente a Jaak y preguntó:
—¿Te parezco un demonio zorro?
—Eh... ¿qué dijiste? —Jaak miró a Jessica perplejo, sin entender lo que ella quería decir.
Jessica gritó:
—¡Estoy preguntando si soy un demonio zorro que seduce a los hombres!
Una gota de sudor resbaló por la frente de Jaak, se rió incómodo:
—¿Por qué dirías eso? Si fueras un demonio zorro, serías la más hermosa...
Al ver la expresión enojada de Jessica, Jaak cambió rápidamente su respuesta:
—¿Qué fue exactamente lo que pasó?
—¡Alguien me llamó demonio zorro! —Jessica tartamudeó.