Bella no dijo nada, pero su mirada de desaprobación hizo que Lucas continuara explicando más.
—Te lo prometo. No forzaré a tu madre a volver conmigo. Tampoco te obligaré a casarte con el hombre que yo elija. Eres libre de hacer lo que quieras, hija mía.
Él sonrió antes de continuar —En cuanto a mi reputación, poder y riqueza que siempre perseguí en el pasado, todo eso ya no significa nada para mí... Ahora solo me trae tristeza. Solo quiero dejar todo esto atrás; quizás así, tú y tu madre ya no sentirán miedo ni estarán traumatizadas si me ven.
Bella estaba cada vez más confundida al escuchar las palabras de su padre. Justo cuando estaba a punto de terminar la conversación porque él se negaba a firmar los papeles de divorcio, algo repentinamente cruzó su mente.
—¡Oh, Dios mío! No puede ser... —Bella murmuró por lo bajo mientras miraba a su padre en shock al comenzar a entender lo que él intentaba decir.