—¿¡Quién dijo que no te amo?! —replicó Dongfang Yu de inmediato. Esa era una acusación que no podía soportar.
—Entonces, ¿por qué no te pones en contacto conmigo? ¿Sabes lo preocupada que he estado? Si me hubieras contactado antes, ¡no habría estado tan molesta durante tanto tiempo! —refunfuñó Hai Xiaotang.
—Es mi culpa —se disculpó Dongfang Yu, acercándose a ella—. Sé que te preocuparías por mí. No es que intencionadamente no me haya puesto en contacto contigo, es solo que las cosas aún no se habían finalizado y no puedo aparecer con facilidad.
Hai Xiaotang, preocupada, preguntó:
—¿Y ahora? ¿Ya se acabó todo?
Dongfang Yu sonrió y asintió:
—Sí, todo ha terminado.
—Pero, ¿qué fue lo que realmente ocurrió? Poco después de que te fuiste, vino la policía a registrar. ¿Qué hiciste en Ciudad B y qué pasó? —preguntó Hai Xiaotang, expresando la duda en su corazón.
Entonces, Dongfang Yu le explicó todo de manera sencilla.