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Hai Xiaotang caminaba detrás de él, sin darse cuenta de su parada repentina, y chocó de lleno contra su espalda.
Ella ya estaba bajando las escaleras, cuando la colisión la empujó contra él por completo.
Sintiendo su imponente figura, Hai Xiaotang se enderezó de inmediato, preocupada por tener demasiado contacto con él.
Dongfang Yu, sin embargo, se giró y dijo con una sonrisa:
—Lo pensé. Vamos a tomar el desayuno primero.
Hai Xiaotang: "..."
—¿Así que se detuvo de repente solo porque quería desayunar?! —¡Eso fue a propósito, no?!
...
Después del desayuno, Dongfang Yu llevó a Hai Xiaotang a la escuela en coche.
Antes de que ella saliera del coche, él tomó repentinamente su mano y preguntó:
—Hai Xiaotang, no importa cuánto se opongan los demás o cómo nos vean. Mientras yo esté dispuesto a ayudarte, persistirás hasta el final, ¿verdad?
Hai Xiaotang se quedó pasmada por un momento, pero entendió lo que él quería decir.