Cuando el sol se levantó en el amplio cielo fue inevitable que algunos rayos fugitivos entren por la ventana, escapándose entre las cortinas y acaricien el rostro dormido de Jake, quien se retorcía de incomodidad posterior a ello.
— Jodido sol —murmuró con disgusto, girando su cuerpo para quedar boca abajo y poder estampar su rostro contra la almohada.
Bip-bip-
Bip-bip-
BIP!-
Jake detuvo la alarma antes de que el volumen empezará a aumentar, y con un leve gemido lánguido abandonó la cómoda cama.
— Vamos pues —se animó a sí mismo mientras daba saltos para sacudir su cuerpo.
Como Jake no tiene fuerzas para existir, pero como Lucas tiene muchas formas de levantarse el ánimo.
Samantha estaba preparando jugo cuando escuchó el sonido del agua corriendo desde el segundo piso, y posteriormente música sonando con fuerza. Curiosa miró la hora en el reloj colgado de la pared y una sonrisa se extendió por sus labios.
— Que raro —ella murmuró—. Jake está despierto antes de las siete y de buen humor —ella hizo un suave movimiento con la cabeza, sorbiendo su té rojo antes de reír suavemente, también de buen humor.
En el segundo piso se encontraba Jake, quien moviendo suavemente sus filosas caderas disfrutó de la música mientras abrochaba su cinturón negro sobre los pantalones del uniforme escolar.
Camisa, chaqueta del uniforme, la corbata y un abrigo propio.
El abrigo abullonado era el del equipo de básquetbol, con vibrantes colores naranjas y rojos combinaba bastante bien con el uniforme prolijo de color negro y la camina blanca bien planchada, y recordando que hoy tenían entrenamiento tuvo que preparar también el uniforme deportivo en una bolsa aparte.
Con pasos suaves fue saltando algunos escalones, llegando al primer piso donde encontró a su hermana usando su computadora con mucha concentración.
— ¡Jakie! —Samantha dejó su laptop cuando vio a su hermano llegar a la cocina.
Jake por su parte le sonrió levemente, "Concentrada hasta que me vió", pensó por un momento.
La mujer vestida formalmente pareció guardar algo en la computadora antes de poder apagarla y bajar la pantalla.
Samantha dejó su trabajo y miró con algo de pena a Jake, — ¿Llegaste bien ayer? —ella preguntó.— Ayer me salió trabajo extra, lamento no haberte ido a buscar a la escuela.
Jake hizo un suave movimiento con su mano, alcanzando a hablar antes de que Samantha siga disculpándose.
— No pasa nada. Thomas me trajo, vinimos en bici antes de que oscurezca por completo.
Samantha sonrió levemente y asintió, — Es bueno. Recuerdo que tu bicicleta está en el garaje en alguna parte —ella rememoró—, deberíamos buscarla un día de estos.
— Pensé en eso ayer. Tal vez lo haga hoy —respondió Jake, mirando sus manos por un momento.
— Si salgo temprano hoy lo haré yo, o después de que pase por ti a la escuela lo haremos juntos, ¿qué te parece?
Jake miro el rostro iluminado y feliz de Samantha, ignorando cuidadosamente las leves ojeras debajo de su maquillaje mientras asentía.
— Me parece buena idea, Sam —Jake asintió, acomodando su cabello hacia atrás antes de volverse hacia la cocina.
Era temprano, así que podía divagar en que quería comer antes que nada.
Samantha lo vio en silencio antes de señalar la heladera, — Antes de que despiertes compre tomates y huevos, ¿por qué no te haces un sándwich de verduras? Aún queda un poco de lechuga.
Jake asoló asintió, haciendo lo que le dijo mientras ponía a calentar al agua con dos huevos y sacaba la bolsa de pan integral de la alacena.
Dos sándwiches con mayonesa, lechuga, huevos y tomates, salados y frescos, y para acompañar un vaso de jugo de naranja que Samantha hizo para él.
De buen humor el día pareció más brillante, incluso cuando inevitablemente se encontró viendo la casa de enfrente, donde un camión de mudanzas estaba estacionado por delante y varios hombres grandes y sudados seguían bajando muebles de él.
Jake lo sabía.
Inevitablemente el reencuentro de Andrew y Jake pasaría, tarde o temprano, y él estaría literalmente en primer plano para verlo.
Él sería Jake.
Él ya es.
Es el antagonista..
Él es-
— ¡Jake!
Sorprendido y desconcertado giró su rostro, viendo a Samantha sonriendo para él.
— Niño, ¿no quieres ir a la escuela? Venga, sube al auto —ella subió al lado del piloto riendo, y Jake la siguió poco después, también riendo un poco.
Ciertamente lo olvidó casi... "Hay algo que me hace diferente al Jake original", pensó mientras veía a través de la ventana la hermosa casa de color blanco alejarse.
En realidad era el vehículo el que se alejaba, pero a medida que vio la casa cada vez más distante sintió su corazón más y más tranquilo.
En definitiva iba a ser diferente, empezando por el simple hecho de que él era diferente.
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