—Ella no sabía —¿por qué lloraba Bai Zhi? —Aquellos que no lo supieran pensarían que ella la había intimidado. Incluso podrían pensar que fue violada y que había sido culpa suya.
—Lo siento —Bai Zhi se disculpó por iniciativa propia. Su voz era tan débil que era casi inaudible.
—No has hecho nada por lo que debas disculparte —dijo Shen Feiwan con franqueza, realmente sin ganas de jugar juegos con ella, perdiendo su tiempo.
—He tenido a Shiyan haciéndome compañía en estos días... —dijo Bai Zhi—. Lo siento, realmente no pretendía impedir que Shiyan estuviera contigo, de verdad que...
Antes de que pudiera terminar, las lágrimas comenzaron a caer en grandes gotas. Como si hubiera sido terriblemente agraviada. Shen Feiwan solo la observaba. Y se sentía cada vez más entretenida.
—Acabo de descubrir que aún estabas hospitalizada, pensé que te habían dado de alta. Si no lo deseas, te devolveré a Shiyan —lloró lastimosamente Bai Zhi—. Puedo estar sola, puedo manejarlo...