—Pequeño Espadachín, no mueras en mí —dijo El Jabalí mientras miraba al adolescente flaco que dormía en la sala de enfermería—. Todavía estoy esperando que me invites a comer en el restaurante después de que te despiertes. Ya no tengo dinero y ya no puedo comer chuletas de cerdo y costillas de bebé. Tengo que conformarme con el bistec en su lugar. ¡Oh, el horror~
—Eh, disculpe, pero podría no hacer tanto ruido dentro de la enfermería —comentó un Clérigo—. Podría molestar a los otros pacientes.
—Oh. Perdón~
—Está bien. Mientras entiendas~
Lux sacudió la cabeza impotente después de ver cómo El Jabalí era reprendido por el Clérigo dentro de la enfermería. El Jabalí había estado molestando a Lux para que lo acompañara a visitar a Keane, conocido como Pequeño Espadachín, para verificar su condición.