—¡Arte de Guerra del Dragón Novena Forma! —rugió Lux mientras la imagen de un Dragón Rojo aparecía sobre él—. ¡Draco-Meteoro!
La Araña Gigante, que descansaba en la parte superior de la Red de Araña, sintió el pelo de todo su cuerpo erizarse. Un momento después, varias bolas de fuego se materializaron desde arriba y descencieron sobre su sedosa morada.
En el momento en que las bolas de fuego hicieron contacto con los hilos de araña, inmediatamente se encendieron, y las llamas rojas comenzaron a propagarse como un incendio forestal.
Un grito lleno de dolor retumbó en la arena cuando las llamas alcanzaron el cuerpo de la Araña Gigante, rompiendo sus defensas y quemándola por dentro.
El olor a carne quemada y hilos llegó a la nariz de todos, mientras el humo denso se esparcía por el coliseo, cubriendo la vista de todos.
Alexander, que estaba de pie en el asiento más alto de honor, se levantó y agitó su mano.