—Abuela, me voy. —dijo el joven.
—Cuídate.
—¡Manma! —exclamó Eiko.
—Cuídate también, Eiko —dijo Vera mientras acariciaba suavemente al Slime bebé que estaba sobre la cabeza de Lux, mirándolo a él con ojos tiernos.
—Iris, me voy —dijo Lux a la belleza de cabello azul que no podía mirarlo directamente a los ojos.
—Vale. Ten cuidado, Gran Hermano —dijo Iris mientras levantaba la cabeza para mirar a Lux. Su cara estaba roja como un tomate, lo que hizo que el Medio Elfo se preguntara si tendría fiebre.
—¿Estás bien?
—Sí. Solo estoy triste porque Gran Hermano se va.
Lux pensó que Iris se sentía sola, así que se acercó y la abrazó, lo que hizo que el rostro de la joven belleza se tornara aún más rojo.
—¡Ma! —dijo Eiko mientras se deslizaba de la cabeza de Lux y besaba la frente de su mamá para despedirse.
—Cuídate, Eiko —respondió Iris mientras le devolvía el beso a Eiko—. Asegúrate de que tu papá no me engañe.
—¿Ma?