Isabella Tarith y el General Pell tomaron sus lugares en lados opuestos del escenario, flanqueados por el resto de la comitiva de la boda, para esperar la llegada de la pareja.
Justo a tiempo, la Marcha Imperial comenzó a sonar, y la feliz pareja empezó a desfilar por el pasillo central.
—No te pierdas la grabación del momento en que se dan cuenta de que encontramos dos invitados de honor para su ceremonia —le recordó Max a Nico, quien tenía una vista perfecta del evento desde dentro de la Furia Duradera.
La mayoría del Regimiento estaría interesada en ver esa grabación más tarde, así que era importante que se capturara desde tantos ángulos como fuera posible.
Estaban tan absortos en la escena a su alrededor que ya habían recorrido más de la mitad del pasillo antes de darse cuenta de que la comitiva de la boda no estaba en la formación que esperaban.