Gabriel había recibido bastantes Píldoras Curativas del Alma de Cylix, así que perder una o dos no era un gran problema para él. A pesar de eso, decidió volver al Pueblo para recuperar la píldora que creía haber dejado caer allí para evitar futuros problemas para muchos.
Por ahora, tampoco había enviado al Rey Infernal de vuelta al reino de los muertos.
—¿Hmm? ¿Hay fuego? —mientras Gabriel se acercaba al pueblo, podía ver humo elevándose a lo lejos como si algo estuviera ardiendo.
Tenía bastante curiosidad por lo que estaba sucediendo, pero incluso él no esperaba encontrar lo que encontró.
Tan pronto como llegó a la casa de Olivia, se dio cuenta de que era su casa la que estaba ardiendo y nada más. No solo su casa estaba en llamas, sino que su padre también estaba herido.
El cuello de Olivia estaba en la mano de Rong. Solo la vista en sí ya hacía hervir la sangre de Gabriel, y eso sin contar la amenaza que Rong utilizaba.