Xisrith no tenía idea de lo fuerte que era el Jefe Guardián del Tiempo, pero desde que había logrado lanzar a Kaizen, estaba en máxima alerta.
Observaba con cuidado los movimientos del Guardián del Tiempo, intentando encontrar patrones en sus ataques, pero en comparación con otros jefes o criaturas, esta batalla estaba en completo desorden, con estanterías volcadas y libros esparcidos por el suelo, dificultando el movimiento.
El Guardián del Tiempo, al darse cuenta de que Xisrith intentaba adaptarse a sus movimientos, decidió intensificar su ataque. Comenzó a moverse más rápido que antes, dejando solo breves rastros de su presencia en el aire, y los proyectiles de energía que era capaz de disparar volaban hacia Xisrith desde ángulos impredecibles, poniendo a prueba sus reflejos al máximo.
Xisrith logró esquivar algunos de ellos y otros los logró bloquear, utilizando su katana cuando era necesario.