Kaizen vaciló por un momento antes de correr tras la figura que lo había ayudado. Mientras consideraba sus opciones, sabía que seguir a esta persona significaría dejar atrás el objetivo principal de su misión en La Guarida: encontrar a Adohorn. Pero ahora, con los magos enmascarados en su pista, no tenía otra opción.
Con un suspiro de decepción, Kaizen corrió hacia la persona que lo estaba ayudando, moviéndose rápidamente entre la multitud de curiosos.
Kaizen tenía que alcanzar a la persona de ojos amarillos antes de perderla de vista, y ella era muy ágil. Así que ni siquiera se molestó en esquivar a la gente en su camino; simplemente los empujó con fuerza. En un momento dado, pasó por una puerta alternativa en el segundo piso, que lo llevó a más túneles de alcantarillas fétidas.
La oscuridad en estos túneles era casi total, y tuvo que concentrarse para evitar tropezar con las piedras puntiagudas, el musgo y las tuberías de hierro a lo largo del camino.