Rhea tomó tiernamente a su bebé mientras comenzaba a hablarle en Dracónico, tratando de explicarle por qué necesitaba firmar voluntariamente un vínculo de alma con un vampiro.
La pequeña bebé podía ver el dolor en los ojos de su madre al explicarle la desfavorable realidad en la que estaban, sin embargo, a diferencia de su madre, que no quería al vampiro mortal, Miracle tenía un cariño especial por Max.
No solo Max había trabajado duro para salvar su vida, sino que también tenía un profundo encanto en sus ojos que hacía que Miracle se sintiera cómoda a su alrededor.
Intentando tranquilizar a su madre sobre la situación, ella habló lentamente en Dracónico, de manera entrecortada, para gran sorpresa de Sebastián.