Los dos grupos de maestros estaban profundamente absortos luchando entre sí y en realidad no hablaban mucho. Él seguía escuchando, esperando aprender algo sobre sus orígenes, o qué había causado este enfrentamiento inicialmente.
Tendría que esperar otros quince minutos hasta que la mitad de los maestros rojos cayó y la otra mitad no se veía mejor. Durante su vigilancia, aprendió su nivel aproximado de poder.
—Parecen ser solo de grados plata y oro —William sabía que podía derrotarlos sin problemas. En cuanto a los monstruos, también eran a lo máximo de grado oro.
Sin embargo, no se apresuró a moverse hasta asegurarse de a qué lado pertenecían estos humanos.
—Detente, Angélica, no podrás sobrevivir a esto.