—Estoy listo —una vez que terminó de preparar todos los pergaminos necesarios, fue a comer mientras esperaba que Lara llegara.
—¿Los hiciste? —Al llegar aquí, ella parecía más impaciente de lo que William incluso pensaba. Ya le había dicho que viniera a recoger los pergaminos de los productos prometidos.
—¿Qué? ¿Pensaste que me tomaría una eternidad preparar estos pergaminos o qué? —William rodó los ojos antes de mirarla a los ojos por un momento—. ¿Qué pasa? ¿Por qué pareces tan desesperada?
—¡Suspiro! —en un raro momento mostró un instante de debilidad. William no vio a la joven mujer de aspecto fuerte, la que solía gobernar a todos en la familia antes. Ante él, apareció la imagen de una joven normal y débil.
—¿Qué hay? Solo habla y te apoyaré —William no pudo evitar acercarse más, mirar más profundo en sus ojos. Solo desde una distancia tan cercana, y viendo sus ojos serios y profundos, hizo que toda su lucha y resistencia se desmoronaran.