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La mayoría de los documentos importantes y valiosos estaban protegidos con una capa de sello. Para acceder a cualquiera de estos, uno tenía que tener un nivel de poder espiritual más alto que estos sellos.
William incluso escuchó más tarde de los maestros que se rieron de su visita fallida que muchos documentos estaban protegidos con encantamientos que atacarían al maestro espiritual si intentaba abrir los sellos.
William no sabía quién había dejado esos sellos, y sabía que nadie en la academia lo sabía tampoco. Según las historias que escuchó de aquel entonces, esta biblioteca fue establecida por un misterioso antiguo director, uno que nadie recordaba su nombre en este momento.
William podía intuir el valor detrás de dichos sellos. No se hacía solo para molestar a los discípulos, sino para limitar a cualquiera de conocer algo que estaba mucho más allá de sus poderes o habilidades actuales.