¿Lograr engañar a estos temibles osos de tal manera? Eso era una hazaña nunca antes escuchada en los anales de la historia de este mundo.
La parte más brillante de las acciones de Guillermo aquí no era solo porque sabía controlar un ejército tan feroz de estos osos, sino por el mensaje que Guillermo le envió a través de su nieta.
No solo Guillermo previó tales eventos increíbles, no solo produjo una manera milagrosa de manejar tal desastre, sino que también logró predecir otra cosa loca.
—Tío... Esto... —Gran no pudo evitar girarse emocionado hacia su formidable patriarca. Todos sabían que su clan iba a caer. ¿A quién engañaban esperando una victoria o incluso salvando parte de su clan? ¿A ellos mismos? ¿A otros? ¿O al destino?
Ellos lo sabían, igual que los maestros espirituales ahí abajo sabían, igual que sus hijos ahí abajo sabían. Desde la aparición de la puerta de los monstruos, todos se dieron cuenta de que este era el fin de su clan.