—¿De verdad? —A pesar de decir esto de una manera sorprendente, William no mostró ningún aire de estar sorprendido—. ¿Tienes un martillo?
—Este es mi martillo de grado bronce, uno que he usado para forjar muchos equipos hasta ahora —Kong hizo un gesto con su mano y de su anillo de almacenamiento, apareció un martillo.
No era tan pesado o grandioso como el de William, pero este último sabía que era suficiente.
—¿Has observado lo que estaba haciendo? —preguntó William con duda, y Kong asintió.
—Puede que necesite algo de orientación aquí —dijo Kong, y William sabía que tenía razón. Después de todo, esta técnica suya era un concepto revolucionario en el mundo del forjado. Y no era tan simple de comprender solo con mirar.
—Primero necesitas mover tu martillo... No, no simplemente moverlo, necesitas moverlo de manera circular —William empezó a guiar a Kong, comenzando por los movimientos iniciales hasta el movimiento de las piernas y los saltos.