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Cuando volvió al mundo normal, Jack sintió los cambios en la atmósfera y en el aire. Sentía que había llegado de repente a un lugar que estaba muy cerca de un vertedero. Sentía que el aire que estaba fuera del dominio de la fortaleza estaba lleno de mucha suciedad.
Sin embargo, tras unos momentos, finalmente consiguió acostumbrarse al aire. No era el único, considerando que Celina y las otras chicas sentían lo mismo que él.
Cuando salieron de la fortaleza, vinieron con el mismo coche que habían usado durante el tiempo que entraron en la fortaleza. Era el mismo coche que Jack había sido recompensado por el sistema.
Jack conducía el coche, mirando los alrededores familiares. Hacía tiempo que no estaba en el mundo normal, y a decir verdad, echaba de menos este lugar.