—¿Hmm...? ¿Llamaste? —preguntó Anon mientras se giraba hacia Hillary.
—Y-Yo... Lo quiero —Hillary habló con la cara roja mientras comenzaba a quitarse la blusa.
—Mamá... ¿Qué estás haciendo? Somos madre e hijo. No podemos hacer eso... Es inapropiado. ¿Recuerdas que me dijiste eso en la cocina, hace unos 20 minutos? Fue algo como, 'Jule, volveremos a ser la madre y el hijo que éramos', ¿verdad? —Anon dijo mientras se burlaba de Hillary.
—Y-Yo recuerdo eso, pero... Parece que fue un error. Y-Yo te acepto como mi maestro otra vez, por favor llena mi coño de Sumisa sexual —Hillary dijo mientras se quitaba toda la ropa y miraba a Anon.
—Este juego ya no se jugará así... Tienes que convertirte en mi Sumisa sexual de verdad esta vez, o puedes olvidarte de conseguir esto... —Anon dijo mientras sacaba su pene otra vez y lo movía frente a su cara.
—S-Sí... Prometo convertirme en tu Sumisa sexual, de verdad esta vez... No te traicionaré... Maestro Jule. Por favor, ¿puedo tener tu pene?