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Fue entonces cuando sus consejeros y amigos le dijeron que partiera hacia el continente Occidental en busca del llamado dragón blanco. Nunca había sabido que su abuelo la había estado observando gracias a su amigo de la infancia, Fallon, quien era uno de sus guardaespaldas.
Al unirse al río que llevaba a la capital de los Avalonianos, fueron emboscados por piratas que los perseguían desde el continente sur. Cuando Aisha vio esto, ordenó a los marineros restantes atacar.
Sin embargo, el momento resultó inoportuno, ya que los piratas se acercaron rápidamente y abordaron su embarcación. Según estallaba la batalla, se dio cuenta de que la victoria se le escapaba. Desesperada, se apresuró hacia su camarote, donde se ocultaban su madre y su familia.
Pero fue interceptada por un gran pirata humano que le sonrió antes de comentar —Ahora te tenemos, chica dragón. El príncipe pagará un bonito precio por tu hermosa presencia.