—¡Entonces mátalos a todos, como ellos quieren! —gritó Seadrei—. Si no les importa convertirse en herramientas de la locura de alguien más, no merecen estar vivos en primer lugar.
Un grupo de cinco enemigos cargó hacia el emperador del mar, tratando de empalarlo, pero pronto él separó sus mitades superiores de las inferiores... todos ellos explotaron al siguiente momento, pero él saltó hacia atrás con una velocidad insana y evitó la explosión.
Esto lo confirmó... sabían que llevaban bombas mágicas encima, y no les importaba en absoluto. Al ver eso, Rain se molestó... desperdiciando sus vidas de esa manera cuando sabían que no tendrían una segunda oportunidad...
—Si así es... entonces que así sea —pensó Rain—. Estos tipos no tienen remedio...
Rain cargó hacia los enemigos en todas direcciones, y luego golpeó sus pechos una y otra vez con la palma de su mano. Sus huesos se quebraron y perforaron sus órganos mientras volaban a la distancia antes de explotar unos segundos después.