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Rain y Seadir hicieron su aterrizaje en el lado este del campamento humano, y su presencia fue recibida con inmediata tensión. Los soldados estacionados allí reaccionaron rápidamente, empuñando sus armas y tomando posiciones listas para la batalla. La sospecha pendía densa en el aire mientras se preparaban para defender su territorio.
Sin embargo, a medida que Rain y Seadir se acercaban, los soldados notaron algo. En lugar de avanzar hacia el campamento, se detuvieron a solo diez metros de la barrera invisible que marcaba su área de ventaja. Rain y Seadir podían ver claramente la barrera antimagia, o eso creían. Los soldados elevaron su guardia pero se abstuvieron de atacar, conscientes de que se enfrentaban a individuos con habilidades extraordinarias más allá de su comprensión.