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La atmósfera en la arena se tornaba cada vez más opresiva a medida que la batalla continuaba. La temperatura comenzaba a elevarse drásticamente, haciendo que el aire temblara y vibrara con el calor intenso. Incluso los espectadores en las gradas encontraban difícil soportar la repentina oleada de temperatura. Probablemente esa era una de las razones por las cuales no estaban disfrutando la pelea en absoluto...
El sudor caía de las frentes de aquellos que observaban, y algunos se abanicaban en un intento por refrescarse. El aire mismo parecía crepitar con energía mientras los combatientes desataban sus formidables poderes. Era como si la propia arena se hubiera convertido en un crisol de fuerzas elementales, y la audiencia solo podía mirar con asombro e incomodidad mientras la batalla se desarrollaba ante sus ojos.