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La masiva roca se desintegró bajo el poderoso golpe de Rain, convirtiéndose en una nube de fino polvo que se dispersó en la distancia. Ni un solo guijarro quedó a su paso. Rain se mantuvo triunfante, su padre observaba con orgullo, un testimonio del increíble potencial que residía dentro de él.
—Ay… mi cuerpo no es lo suficientemente fuerte para manejar esto, supongo —dijo Rain mientras sentía algo de dolor en las pantorrillas.
—... Eso fue más que impresionante; ahora entiendo por qué, incluso aquí, la gente te llama héroe —dijo Roan después de recuperarse del shock.
—Nah, todavía me falta mucho camino por recorrer —dijo Rain—. El segundo general me habría derrotado si no hubiera usado algo de magia para sorprenderlo.
—¿No era él el que también podía usar magia de curación loca? Supongo que los dos usaron los mismos trucos básicos —dijo Roan.
—Quería derrotarlo sin usar magia —explicó Rain.