A medida que llegaba el día tan esperado, el corazón de Rain latía con una mezcla de anticipación y ansiedad. El nacimiento de su más reciente hermano se cernía ante ellos, un momento crucial que tenía el poder de traer tanto alegría como inquietud. El peso de la incertidumbre flotaba en el aire, pero el amor de Rain por su familia lo impulsaba a mantenerse firme en su esperanza.
Las horas se transformaron en minutos y los minutos se estiraron hasta la eternidad mientras Rain esperaba ansiosamente fuera de la habitación donde Leiah daba a luz. El aire estaba denso de tensión y el sonido de su propio corazón acelerado ahogaba el ruido circundante. Cada segundo que pasaba se sentía como una eternidad, cada instante cargado con el peso de la posibilidad.