El corazón le latía ferozmente en el pecho, sus latidos parecían fusionarse con el sonido de los pasos del monstruo.
Menteto caminaba por el corredor circular en el segundo piso de la fábrica de tabaco, sus pasos se desvanecían a medida que se alejaba, solo para volver a crecer en volumen cuando regresaba... una y otra vez en un ciclo interminable.
Jonathan no se atrevía a hacer ruido, solo esperaba tranquilamente, recostado contra la pared.
Tal vez era la cercanía del peligro, la proximidad de la mismísima muerte, lo que hacía a Jonathan pensar en aquellos que aún estaban fuera del mundo —Diem, Bartak, Fisna, Zebulon... ¿qué estarían haciendo ahora? ¿Cómo reaccionarían?
Pase lo que pase, él esperaba que no entraran imprudentemente al reino Oscuro.
Afortunadamente no fue Fisna quien entró al Mundo Oscuro. Si su superhabilidad de simbiosis también se suprimía tras entrar, ¿aprovecharía el "Demonio de Cara Humana" la oportunidad para controlar su cuerpo?