—Sí. Este es el segundo desafío.
La mirada de Atticus se estrechó. No estaba sorprendido, ya había sospechado que la siguiente prueba sería el segundo desafío. Su pregunta solo había sido para confirmarlo.
Y en cuanto la recibió, sus acciones fueron inmediatas.
Su mente giraba con velocidad, sus labios se separaban mientras bombardeaba al espíritu con una rápida serie de preguntas puntuales.
—Dime todo sobre estas bestias.
—Se llaman Gusanos Abismales. Típicamente viven bajo tierra en campos de curación como este. Cazan rastreando las firmas vitales de sus presas, para luego despedazarlas.
La información golpeó a Atticus como un martillo, su mente procesando cada palabra con velocidad de rayo.
—¿Cuáles son sus debilidades? ¿Cómo los mato?
—No hay debilidades establecidas. Solo tienes que ser lo suficientemente rápido, en cualquier caso.
—¿Cuáles son los casos?
—Los matas cuando emergen del suelo o en su dominio, el suelo mismo.